​El buen profesor es un mago que cada día inventa y desarrolla nuevas formas de magia para encantar a sus alumnos para motivarlos y de este modo involucrarlos en su proceso de aprendizaje, ayudándolos a tomar un papel activo y protagonista en el mismo. El buen profesor necesita creer en su labor, necesita estar plenamente motivado con la misma. Solo el maestro motivado, solamente el maestro por vocación verdadera será capaz de despertar esa motivación en sus alumnos y alumnas. No se puede motivar a los alumnos y alumnas si el profesor no está motivado. La motivación del profesor es condición necesaria e imprescindible para la motivación de los estudiantes